30 de septiembre de 2010

Sobre el amor y la amistad - II

30 de septiembre de 2010
Como lo prometido es deuda, aquí le dejo el segundo post sobre la amistad.

Como le dije, mi amistad con las niñas se complica a no ser que ellas sean como niños. Creo que es porque los niños son más descomplicados y a mí me da pereza ponerme con maricadas.

De mis amigos hombres hago énfasis en algunos:

Peque: Del peque ya les había hablado antes, él es el ex novio de dos de mis amigas de la sección anterior. Lo conocí en la Universidad, también es de Palmira y no merece ser mencionado porque es muy mal amigo. Es de esos descuidados de los que te enteras siempre por facebook, pero que igual cumple las características anteriormente mencionadas, y aunque hemos discutido, nos hemos dejado de hablar por mucho tiempo y ahora no sé casi nada de su vida, pues es mi amigo y lo quiero. Peque, si por casualidad lees esto: te odio.

Ricardo: Ricardo es un ser que suele no demostrar lo que siente, es un tipo que tiene una cuadrícula en su cabeza, es un viejito aunque ahora está dando muestras que está joven. Ricardo es un tipo muy inteligente y puede hacer cosas del carajo, pero por ciertos compromisos (a veces creo más impuestos que adquiridos), no hace todo lo que puede hacer. Con Ricardo es bacano sentarse a hablar paja, de política, de la vida. Y me encanta porque no es de esos sentimentales que se enojan cuando no los puedo ver. Es un ser demasiado racional, pero demasiado…y a veces me preocupa que no viva ni sienta por estar pensando.

El duro: la historia con el duro es bastante particular. Como les comenté antes yo llevaba gente a la universidad cuando trabajaba allá. El duro vino a ser uno de mis pasajeros. Al principio lo odiaba. El tipo no se callaba, siempre hablando y hablando y yo no soy así, especialmente cuando estoy manejando. Ese era mi espacio para pensar sobre las cosas, sobre lo que había pasado en el día y simplemente poner el cuerpo en piloto automático y dejar que la mente se fuera. El duro no me dejaba hacer eso, pues hasta que le dije. Además de eso, el tipo siempre era de esos hombres felices, optimistas, con la esperanza y la sonrisa siempre en la cara. Y yo detesto la gente así…es decir, para mí la tristeza y la nostalgia son sentimientos realmente inspiradores y son absolutamente necesarios en la vida. Fue mi pasajero como por dos años y el primer año fue un calvario, pero al segundo las cosas fueron cambiando hasta que ahora puedo decir que lo quiero mucho.

Antonio: Antonio, yo creo que este man es mi mejor amigo. Tenemos personalidades distintas (absolutamente distintas), pero debe ser por eso que nos llevamos tan bien. Él quiere que diga que no es un man bien, y bueno le doy gusto, no es un man bien ¬¬. Antonio se guarda todo (y como les dije, yo no me guardo nada), es complicado saber qué siente pero a veces llegamos a acuerdos. Es un man que la tiene clara, aunque a veces es un poco intenso con esto del emprendimiento y sus cosas del trabajo, pero pues se le perdona. Antonio y yo tenemos algo bacano, algo especial. Él sabe cuánto lo quiero. Yo creo que él me conoce más de lo que me conozco a mí misma, y cuando quiero buscar explicaciones o simplemente para hablar por horas y horas en el teléfono, ahí está. Antonio también es un man muy racional, a veces creo que él primero piensa y luego siente...a veces se le olvida pa qué está el estómago, las entrañas, el corazón...todo lo quiere encasillar en la cabeza...yo sinceramente creo que hay cosas que uno simplemente las siente y no las puede limitar a las palabras. Antonio y yo tenemos una promesa…faltan unos años, pero ahí está jeje.

Hay otros amigos que no quiero dejar de mencionar…tienen un gran espacio en mi corazón por diferentes motivos, hemos compartido cosas, momentos y vainas que los hacen especiales, pero es que si me pongo a hablar de cada uno, pucha, se me van 4 entradas más. Aquí están: Pedro, Chiqui, Juli, Alexis, Rubén, Ruthi (así nunca hablemos te quiero), Pipe (se está ganando un espacio en mi corazón por lo buen flatmate que es) y hasta el peludo. Si se me pasa alguno, no es porque no lo quiera, sino porque no tengo la cabeza bien puesta.

4 comentarios:

Diana Lombana dijo...

Pienso lo mismo de Antonio, pero me gusta esa ES la manera de pensar, con la cabeza. Ya quisiera yo ser más racional.
Te quedaste corta describiendo lo que el positivismo del duro nos molestaba. Yo tambien AHORA veo la gran persona que es.

*Luisa* dijo...

Es bien ser racional, pero YO creo que hay cosas que no se pueden explicar...solo se sienten y ya.
jaajaja pobre duro, era realmente irritante, pero pues las cosas cambian...es natural

Unknown dijo...

como asi que "y hasta el peludo"...ah???...como dice uno de nuestros filósofos por predilección..."exijo una explicación"....

*Luisa* dijo...

Jajaja, pues peor sería que ni te hubiera nombrado